No se puede exagerar la importancia de un buen descanso nocturno. Hay una razón por la que privar a alguien del sueño es una forma de tortura.
Los seres humanos necesitan períodos regulares de sueño de calidad para recargarse, procesar las experiencias del día, archivar recuerdos y seguir un ritmo circadiano normal para regular las funciones del cuerpo.
La cantidad de sueño que necesitamos varía según cada persona y depende de la edad, pero la Asociación Nacional
Los Institutos Nacionales de Salud (NIH) sugieren que la mayoría de los adultos necesitan dormir de 7 a 9 horas por noche. Los niños necesitan dormir mucho más, desde 9 horas diarias para los adolescentes hasta 18 horas diarias para los bebés recién nacidos.
Los problemas de sueño van en aumento
¿Qué ocurre entonces si no hay períodos regulares de sueño de calidad? El acostarse tarde o el sueño interrumpido ocasionalmente pueden no ser graves, pero si se convierten en la norma, pueden ser un problema. Cuando las personas no duermen lo suficiente, pueden volverse malhumoradas, deprimidas, ansiosas, irritables y somnolientas. Son menos productivas e incapaces de retener bien la información. A largo plazo, la falta de sueño de calidad se ha asociado con la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares e incluso la mortalidad prematura.
Los trastornos del sueño más comunes son el insomnio, la apnea del sueño, los ronquidos, la inquietud, el sonambulismo y la narcolepsia.
Cómo dormir mejor por la noche
Procura crear un entorno de sueño cómodo
La mayoría de las personas necesitan sentirse cómodas en sus habitaciones, pero hay ciertas cosas que no se deben hacer en lo que respecta a los muebles, los electrodomésticos y los objetos personales: mantener alejados el desorden y el desorden marca una gran diferencia. Mantenga los muebles y la decoración del dormitorio simples. Un dormitorio no debe ser demasiado caluroso ni demasiado frío por la noche, y el colchón debe ser cómodo y brindar apoyo. Cuando el ruido sea un problema, pruebe con tapones para los oídos. Según la National Sleep Foundation, la comodidad, el aire fresco, el silencio y la temperatura fresca son los elementos básicos para crear el mejor entorno para dormir.
Mejorar la calidad del aire interior
Una o dos plantas pueden ayudar a mejorar la calidad del aire, mientras que demasiada vegetación podría empeorarla. Evite productos perfumados, ropa lavada en seco o productos químicos potencialmente tóxicos en su entorno de sueño (esto incluye detergentes perfumados para ropa o lejía). Los pisos de madera o baldosas también son preferibles a las alfombras, para facilitar la limpieza.
No debe haber computadora ni televisión en el dormitorio: los únicos pequeños electrodomésticos que pueden ayudar son los humidificadores (si se mantienen limpios) y los purificadores de aire, que tienen el beneficio adicional de agregar ruido blanco relajante a la habitación.
Adopta buenos hábitos nocturnos
Comer demasiado o demasiado tarde puede dificultar el sueño, lo mismo ocurre con los estimulantes consumidos antes de acostarse: es mejor evitar el café, el té, los refrescos, los chocolates y los cigarrillos antes de acostarse. El alcohol puede ayudar a algunas personas a conciliar el sueño, pero los efectos no duran mucho: el sueño suele verse interrumpido cuando el alcohol abandona el organismo. Es mejor evitar los somníferos, si es posible.
Una rutina regular para ir a dormir no solo es beneficiosa para los bebés y los niños pequeños: lo mejor es acostarse aproximadamente a la misma hora todas las noches y levantarse aproximadamente a la misma hora todos los días. Los humanos somos criaturas de hábitos y dormir bien por la noche de manera regular es uno de los mejores hábitos que podemos tener.
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