¿Sabías?
La fiebre del heno no es realmente una fiebre (no eleva la temperatura corporal a niveles febriles). Recibió su nombre cuando se reconoció por primera vez como una afección porque aumentaba durante la temporada de heno y se creía que era causada por el olor del heno cortado.
Con la llegada de la primavera y la disminución de los resfriados invernales, muchas personas respiran profundamente aliviadas , solo para encontrarse estornudando y congestionándose nuevamente.
Si anhela el momento de abrir las ventanas y las puertas para disfrutar de una brisa cálida, piénselo de nuevo. Las alergias estacionales ya han llegado y se quedarán hasta el otoño, afectando a millones de norteamericanos.
Según los expertos, al menos uno de cada cinco residentes de Estados Unidos presenta síntomas de alergia o asma. Más del 55 % de los estadounidenses obtienen resultados positivos en las pruebas de detección de uno o más alérgenos.
Las alergias pueden provocar ataques de estornudos que pueden resultar molestos, pero también muy peligrosos (mientras se conduce, por ejemplo) y que también pueden afectar a su cuenta de resultados: cada año se pierden alrededor de 4 millones de días laborales debido a la fiebre del heno. Se sabe que las alergias afectan el sueño, la productividad y la concentración. Además de los estornudos, los síntomas de la alergia también incluyen congestión nasal, tos, ojos enrojecidos, con picor y llorosos, y mucosidad transparente que sale de la nariz que gotea. Si sufre varios de estos síntomas, es posible que esté reaccionando a los alérgenos que lo rodean.
Una alergia estacional, incluida la fiebre del heno, es comparable a cualquier otra alergia , lo que significa que su sistema inmunológico está reaccionando exageradamente a algo en el ambiente porque se ha sensibilizado.
Los alérgenos estacionales más comunes son
Para que el tratamiento sea más eficaz, es importante conocer las causas de los síntomas de la alergia. Puede que no se trate solo del polen, ya que 2 de cada 3 personas afectadas por alergias en primavera también sufren síntomas durante todo el año. Como ocurre con cualquier otro problema de salud, lo mejor es consultar a un experto. Los alergólogos pueden arrojar luz sobre casos individuales.
El aire fresco es genial, pero si las ventanas abiertas significan que los desencadenantes de las alergias comienzan a invadir su hogar, puede ser mejor mantener las ventanas y las puertas cerradas. Esto se debe a que la evidencia es clara: la mejor manera de combatir las alergias es evitar la exposición al desencadenante en primer lugar. Si evitarlo no es posible, reducir la exposición es la segunda mejor opción.
Por supuesto, también hay medicamentos de venta libre, como antihistamínicos, descongestionantes, aerosoles nasales y medicamentos combinados. Los tratamientos alternativos incluyen suplementos naturales (como la petasita) y acupuntura. Algunas personas confían plenamente en ellos, pero otras necesitan más pruebas científicas de que funcionan.
Su médico también puede sugerirle inmunoterapia para desensibilizarlo a los alérgenos conocidos. Estas inyecciones antialérgicas ayudan a reducir los síntomas de la fiebre del heno en aproximadamente el 85 por ciento de las personas con rinitis alérgica.
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